2.1 ¿QUÉ SIGNIFICA SER RESUCITADO?


CAPÍTULO II: LA RESURRECCIÓN Y EL JUICIO

2.1  ¿QUÉ SIGNIFICA SER RESUCITADO?

En el libro L.01 – Capítulo 2.2 hemos visto que los que resuciten tendrán un cuerpo incorruptible, como el que tienen los ángeles (versión Nacar Colunga):

Mat 22:30 pues en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.
                                
Mar 12:25 porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino que serán como los ángeles que están en los cielos.
                                               
Luk 20:35 pero los que son tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan ni se dan en casamiento,
Luk 20:36 porque ya no pueden morir,  pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios al ser hijos de la resurrección.

Rom 8:20 pues lo creado fue sometido a la vanidad, no de grado, sino por razón de quien lo sometió, con la esperanza
Rom 8:21 de que también lo creado será liberado de la servidumbre de la corrupción para participar en la libertad de la gloria de los hijos de Dios.
Rom 8:23 Ni es sólo eso, sino que también nosotros, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos dentro de nosotros mismos, suspirando por la adopción, por la redención de nuestro cuerpo.


En varios textos bíblicos es explícita la idea de que al resucitar para vida eterna, tendremos un cuerpo glorioso como el de Jesús (versión Nacar Colunga):

Rom 6:5 Porque, si han sido hechos una misma cosa con El por la semejanza de su muerte, también lo seremos por la de su resurrección;"

2Co 5:1 Pues sabemos que si la tienda de nuestra mansión terrena se deshace, tenemos de Dios una sólida casa, no hecha por mano de hombres, eterna en los cielos.
2Co 5:2 Gemimos en esta nuestra tienda, anhelando sobrevestirnos de aquella nuestra habitación celestial,
2Co 5:3 supuesto que seamos hallados vestidos, no desnudos.
2Co 5:4 Pues realmente, mientras moramos en esta tienda, gemimos oprimidos, por cuanto no queremos ser desnudados, sino sobrevestidos, para que nuestra mortalidad sea absorbida por la vida.

Php 3:20 Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde esperamos al Salvador y Señor Jesucristo,
Php 3:21 que transformará nuestro cuerpo miserable, conforme a su cuerpo glorioso, en virtud del poder que tiene para someter a sí todas las cosas.

1Pe 1:3 “Bendito sea Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos reengendró a una viva esperanza por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
1Pe 1:4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, que os está reservada en los cielos

2Pe 1:4 y nos hizo merced de preciosas y ricas promesas para hacernos así partícipes de la divina naturaleza, huyendo de la corrupción que por la concupiscencia existe en el mundo;"
Pablo compara nuestro cuerpo mortal con una “tienda”, y a nuestro futuro cuerpo inmortal (como el de Jesús) con una “habitación celestial”, algo parecido a lo que indica Pedro (versión Nacar Colunga):
2Pe 1:13 pues tengo por deber, mientras habito en esta tienda, estimularos con mis amonestaciones,
2Pe 1:14 considerando que pronto veré abatida mi tienda, según nos lo ha manifestado nuestro Señor Jesucristo.

Para poder heredar el Reino de Dios hay que tener un cuerpo como el de Jesús, un cuerpo incorruptible (versión Nacar Colunga):
1Co 15:50 Pero yo os digo, hermanos, que la carne y la sangre no pueden poseer el reino de Dios, ni la corrupción heredará la incorrupción.


Para heredar el reino de Dios, Jesús tenía que prepararnos el camino, “prepararnos un lugar” en su futuro reino como co-gobernantes (ver Capítulo 4.16), él al resucitar fue merecedor de tener el poder de resucitarnos a su regreso, cuando “vuelva de nuevo”, y nos llevará con él para reinar juntos en Jerusalén, para estar donde él esté, o sea en una posición aceptable por Dios (versión Nacar Colunga):
 


Joh 14:2 En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuera así, os lo diría, porque voy a prepararos el lugar."
Joh 14:3 Cuando Yo me haya ido y os haya preparado el lugar, de nuevo volveré y os tomare conmigo, para que donde Yo estoy estéis también vosotros.
                                                    
Esto lo explica Jesús a Nicodemo, cuando le dice que “hay que nacer de nuevo”, nacer del agua y el espíritu (ver figura 2.1), ¿Cómo es eso pregunta él?, Jesús habla de 02 nacimientos o formas de nacer:

1.      Primero nacer del agua, lo cual se hace mediante el bautismo, donde uno muere a su antigua personalidad y renace como un hombre nuevo, simbólicamente es enterrado en el agua (al ser sumergido durante el bautismo) y resucitado (al ser levantado del agua).

2.      Para luego nacer del espíritu, hemos visto en el libro L.01 – Capítulo 2.2 lo que es un cuerpo espiritual, ese cuerpo espiritual es el que tendrán los fieles a Dios en la resurrección, esa resurrección será un nacer de nuevo para ellos, un nacer de arriba, un cuerpo con el que se podrá ser parte del Reino de los Cielos (versión Nacar Colunga):

Joh 3:1 Había un fariseo de nombre Nicodemo, principal entre los judíos,
Joh 3:2 que vino de noche a Jesús y le dijo: Rabí, sabemos que has venido como maestro de parte de Dios, pues nadie puede hacer esos signos que tú haces si Dios no está con él.
Joh 3:3 Respondió Jesús y le dijo: En verdad te digo que quien no naciere de arriba no podrá entrar en el reino de Dios.
Joh 3:4 Díjole Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer siendo viejo? ¿Acaso puede entrar de nuevo en el seno de su madre y volver a nacer?
Joh 3:5 Respondió Jesús: En verdad, en verdad te digo que quien no naciere del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de los cielos.
Joh 3:6 Lo que nace de la carne, carne es, pero lo que nace del Espíritu, es espíritu.
Joh 3:7 No te maravilles porque te he dicho: Es preciso nacer de arriba.
Joh 3:8 El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo nacido del Espíritu."
Joh 3:9 Respondió Nicodemo y dijo: ¿Cómo puede ser eso?
Joh 3:10 Jesús respondió y dijo: ¿Eres maestro en Israel y no sabes esto?
Joh 3:11 En verdad, en verdad te digo que nosotros hablamos de lo que sabemos, y de lo que hemos visto damos testimonio; pero vosotros no recibís nuestro testimonio."
Joh 3:12 Si hablandoos de cosas terrenas no creéis, ¿cómo creeríais si os hablase de cosas celestiales?


Figura 2.1: Nacer del Agua y del Espíritu

Pablo menciona que cuando venga el justo juicio de Dios, las personas buenas recibirán inmortalidad y las personas malas recibirán tribulación y angustia, juzgará a vivos y a muertos (versión Nacar Colunga):

2Ti 4:1 Te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, por su aparición y por su reino:

Act 10:42 Y nos ordenó predicar al pueblo y atestiguar que por Dios ha sido instituido juez de vivos y muertos.

Rom 2:5 Pues conforme a tu dureza y a la impenitencia de tu corazón, vas atesorándote ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,
Rom 2:6 que dará a cada uno según sus obras;"
Rom 2:7 a los que con perseverancia en el bien obrar buscan gloria, honor e inmortalidad, la vida eterna;"
Rom 2:8 pero a los contumaces, rebeldes a la verdad, que obedecen a la injusticia, ira e indignación.
Rom 2:9 Tribulación y angustia sobre todo el que hace el mal, primero sobre el judío, luego sobre el gentil;"
Rom 2:10 pero gloria, honor y paz para todo el que hace el bien, primero para el judío, luego para el gentil;"
Rom 2:11 pues en Dios no hay acepción de personas.

2Co 5:10 puesto que todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo, para que reciba cada uno según lo que hubiere hecho mientras vivió en el cuerpo, bueno o malo.

Jud 1:14 De ellos también profetizó el séptimo desde Adán, Henoc, cuando dijo: “He aquí que viene el Señor con sus santas miríadas
Jud 1:15 para ejercer un juicio contra todos y convencer a todos los impíos de todas las impiedades que cometieron y de todas las crudezas que contra El hablaron los pecadores impíos.”
Y Jesús es el Juez elegido por Dios (versión Nacar Colunga):
Joh 5:30 Yo no puedo hacer por mí mismo nada; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió."

Act 17:31 por cuanto tiene fijado el día en que juzgará a la tierra con justicia, por medio de un Hombre, a quien ha constituido juez, acreditándole ante todos por su resurrección de entre los muertos.


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